Nacionalismos

En el día de hoy, aparece en el periódico presidido por el hermano del socialista Joaquim Nadal un artículo firmado por el señor Joaquim Coello ( ingeniero ), del cual me gustaría hacer un juicio detallado.
El título, “ enfrentamiento entre nacionalismos “, nos localiza en la irrealidad necesaria que precisa el ingeniero-articulista para contextualizar sus disertaciones.
Empezaremos por una pequeña precisión a la vez que con gran relevancia para comprender el carácter que le quiere imprimir el autor al resto del texto.
Dice, “ es un lugar común que la palabra nacionalismo es inmediatamente asociada en la España actual con la defensa de los derechos de los vascos y catalanes, en perjuicio del conjunto de España”
Pues no, señor Coello.
Comete usted el intencionado error de identificar la defensa de la doctrina sentimentalista nacionalista, con la defensa de los derechos de los vascos y catalanes, como usted los llama.
Hay ciudadanos vascos y catalanes nacionalistas y otros muchos que carecemos de esa “ superflua cualidad “. Globalizar el nacionalismo al conjunto de la comunidad autónoma carece de rigor, tanto numérico ( datos censo individuos nacionalistas ) como conceptual ( “ el pueblo” como un todo homogéneo ideológicamente ).
Para acabar la frase nos dice, que “ la defensa de los derechos vascos y catalanes implica un perjuicio al conjunto de España “ .
No tiene porque.
La defensa argumental y respetuosa de unos valores, por muy amparados que estén en la mitología y la fabulación, no implica necesariamente un perjuicio. Hay veces en que sí los crea, pero otras no, cuando no provoca indiferencia.
Un capitulo aparte llevaría a abordar los supuestos derechos a los que se refiere el autor. Los derechos que invoca el nacionalismo suelen estar unidos a la reclamación de la preservación de la identidad, y también aquí habría mucho de lo que hablar. No existe la identidad de un pueblo, existen varias identidades no homogéneas en el conjunto de ciudadanos de un espacio geográfico.
Sigue el texto con una serie de “estrategias “ ilusorias atacantes , cuando no opresoras para crear ese ecosistema victimista que da derecho a una posición de “ derecho a defenderse “ desde la heroica posición del débil.
Vuelve a la carga el cronista del idealismo al empezar un nuevo párrafo.
“ Hay que reconocer que , la larga discusión entre nacionalismo español y catalán …”
De nuevo, no.
Un nacionalismo, no implica necesariamente otro. Lo mismo que una valla separa un jardín con un césped bien cortado del resto de terreno que ha crecido en base a los caprichos de la naturaleza sin la mano del hombre, una posición política no implica su análoga al “otro lado de la valla”.
Después, nos redacta una serie de proclamas victimistas tales como afirmar que el llamado nacionalismo español ha conseguido poner a la defensiva al catalán, teniendo este que demostrar su posición no egoísta, todo ello sazonado con el tópico del centralismo.
Aún hay más dosis de victimismo que nos hace prácticamente caer en la lagrima propia del genero del drama en esta película de ficción.
Según el autor existe un ¿sentimiento centralista?, que bien me gustaría saber a mi dónde nace este sentimiento, que unido al nacionalismo español crean una mayoría en contraposición a la minoritaria, débil, heroica, posición del mini nacionalismo. Victimismo ramplón.
Después de todas estas falacias, tiene la cara dura de decirnos que, ¡ este es el contexto !
Ahora vamos con los ejemplos.
Para empezar tilda de inmigrante al presidente de la Generalidad y destaca la naturalidad del hecho. Si es natural, no tendría que ser destacable y menos aun tratándose del personaje que se trata.
El señor Montilla en sus oposiciones para convertirse en un “catalán ejemplar “ ha conseguido una transformación casi mimética. Incluso ha ido un paso mas allá o mas acá y ha hecho suyas las tesis catalanistas-nacionalistas.
Bien nos comenta el articulista que su gestión es valorada por lo que debe ser valorada, por los actos , y no por los orígenes del actor.
¡ Lo que no nos dice es que es todo lo contrario que defiende el nacionalismo étnico !
La hipocresía se convierte en grotesca cuando conocemos el otro elemento comparativo.
“ No parece posible que un nacionalista catalán moderado pueda llegar a presidente del Gobierno central “.
Primeramente tendría que explicarnos que entiende por nacionalista moderado.
O se es nacionalista o no se es. No se es un poquito nacionalista o un mucho. ¿ Dónde se encuentra el baremo para evaluar la moderación ?. Igualmente que no se está un poco embarazada o un mucho, se está o no se está.
No hay distinción posible entre moderado o radical. Otra cosa son los actos derivados del posicionamiento ideológico.
No sabemos si pasará o no pasará, pero sí que existe la posibilidad negada por el señor Coello. Lo que si sería es incongruente ideológicamente.
Si esta hipotética opción se diese, la culpa de la dejación de funciones sería de los de siempre, los medios del nacionalismo español y el poco definible “sistema”, siempre prestos agresores. Pero no nos presenta la posibilidad del posible abandono de los militantes y votantes del partido soberanista que viesen defraudado su ideario político y sus convicciones.
En cuanto a la opa de Endesa, ya me manifesté en una anterior ocasión y en la posible de Iberia me valdría la misma película variando los actores.
Finaliza el ingeniero articulista donde empezó, con un posicionamiento perceptivo partidista donde él cree que debe posicionarse cada parte.

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