Preguntas sin respuesta
P.— "¿Le parece lógico que haya lugares de España en los que sea imposible escolarizar a un niño en castellano?".
R.— "Hay que decir a quienes propugnan políticas lingüísticas a favor de las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas que no serán más o menos fuertes por hacer una política cicatera respecto al castellano".
Un latente ejemplo presidencial de la política de “juego de escondite” a la que el presidente del gobierno nos tiene acostumbrados lo encontramos en la entrevista publicada por el diario El Mundo ayer Domingo.
Utilizando el infantil pretexto del “yo no he sido” descarga responsabilidades facturando el “problema” a un partido político sin nombre.
Este, bien pudiera ser el de sus socios independentistas republicanos, o bien, sus socios también independentistas de estatuto, o bien su socios neo comunistas de tripartito, o sin ir tan lejos, los representantes de su partido en la filial catalana.
Todos ellos son los que discriminan con sus políticas mezquinas la igualdad lingüística institucional y social en Cataluña.
Véase que aun siendo interesante esta respuesta en la que el presidente del gobierno acusa al viento, no responde a la pregunta planteada.
Ante una pregunta directa a la primera persona, la respuesta elude sibilinamente la cuestión preguntada y con vagas acusaciones desvía el núcleo de la interrogación. La pregunta va encaminada a conocer el parecer del presidente, y en todo caso la lógica resultante de no poder escolarizar a un niño en castellano en ciertos lugares del país, no a encontrar al culpable.
Todos ellos son los que discriminan con sus políticas mezquinas la igualdad lingüística institucional y social en Cataluña.
Véase que aun siendo interesante esta respuesta en la que el presidente del gobierno acusa al viento, no responde a la pregunta planteada.
Ante una pregunta directa a la primera persona, la respuesta elude sibilinamente la cuestión preguntada y con vagas acusaciones desvía el núcleo de la interrogación. La pregunta va encaminada a conocer el parecer del presidente, y en todo caso la lógica resultante de no poder escolarizar a un niño en castellano en ciertos lugares del país, no a encontrar al culpable.
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1 comentarios:
Dice el presidente: "Hay que decir a quienes propugnan ...".
¡Pues que lo diga!.
Ese "hay que decir" es una forma distante de intencionalidad, que en mi opinión, no tiene intención de llevar a la práctica.
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