Cabalgata de Reyes




Yo no hablo de política, pero hay algo de lo que me gustaría hablar.

El señor Tardá no ha resistido morderse la lengua y ha salido al ruedo ( figurado ) tras la reciente visita de S.S Los Reyes a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Hay que recocerle, aún en el mal gusto, la ocurrencia comparativa a la hora de calificar como “cabalgata de los Reyes” la visita de los monarcas. También podíamos hacer una rápida comparación entre las caras de ilusión de los vecinos de estas dos ciudades y la cara de ilusión de los niños en el día de la noche mágica.
En Cataluña, también tenemos nuestra propia figura navideña, hasta para eso cunde el hecho diferencial, denominada el “Tió". No hay personaje político que encarne mejor la figura del tronco con cara humana como el actual Presidente de ERC, el señor Carod Rovira. Le llueven los palos (figurados) por todas partes, externos e internos y él nos regala actitudes y declaraciones que provocan la sorpresa y la incredulidad ante los infortunados receptores de tal distinguidos obsequios.
Pero vayamos a las declaraciones del señor Tardá. Califica la visita institucional como “orgía nacionalista española”, y le presupone un “aire colonialista”.
Lo de orgía nacionalista española es un vulgar modo de denominar el estado de exaltación e ilusión de los ciudadanos al recibir la visita del jefe del Estado después de 32 años sin visita. Si para expresar dicho sentimiento se utilizan banderas, palmas, canciones, gestos o demás, no son más que los diferentes canales de expresión que posee la persona humana para hacer llegar su mensaje.
En otros lugares, se queman fotografías para hacer llegar un mensaje de rechazo a la Institución y a eso se le llama libertad de expresión, cuando no actos de patriotismo.
Calificar el ambiente como de “aire colonialista” es de una bajeza de percepción medioambiental que hace crecer la duda del perfecto ordenamiento de los sentidos del señor Tardá. Más allá de los desvaríos apreciativos nos topamos con uno de los tópicos del nacionalismo periférico. Una de las máximas del ordenamiento es convertir la historia en simple historieta y desdibujar los contenidos y los decorados. No se puede colonizar lo que ya es propio . La utilización de vocablos atemporales nos traslada a épocas medievales en los que los dirigentes nacionalistas intentan buscar justificaciones para sus acciones del presente.
Comparar la situación de Ceuta y Melilla con la de Gibraltar carece de sustento histórico.Gibraltar no forma parte del Estado como sí lo forman las dos ciudades ubicadas en el norte de África, en todo caso, sí que formó parte de España, pero actualmente, después de la conquista inglesa no forma parte del territorio español.
Pero, va más allá el señor Tardá a la hora de aconsejar como debería ser la educación de un país que no cree suyo.
Recomienda al Rey que se exprese en lengua tamazight. Por suerte para el Rey se queda sólo en recomendación y no en precepto. En países ajenos sí que parece tener importancia o debería tenerla los usos lingüísticos de los ciudadanos cosa que no predica en su autonomía. En las calles de Cataluña existe un bilingüismo que después no se ve reflejado en las instituciones, y menos aún en la educación. Para valerse de preceptos que les llevasen a promover normas legislativas de protección ( Ley de Normalización Lingüística ) fueron introduciendo en la sociedad elementos apocalípticos para dotar de motivos irreales futuras leyes.
Conceptos como “lengua propia” acreedora de los territorios y no de las personas, dotar de cualidades a la lengua a la hora de hablar de “lengua débil”, predicar con alto grado de fatalismo la “desaparición de la lengua” incluso datando su final y demás han ido creando el leit motiv de sus políticas discriminatorias.
En Cataluña no existe un solo colegio público en el cual se pueda inscribir a los alumnos en lengua castellana y en la actualidad las horas de castellano en la escuela se reducen como máximo a tres horas.
Y en estas, viene el señor Tardá a hablarnos de vergüenza a la hora de introducir lenguas en la educación.
Señor Tardá, si bueno es mirar al frente, no es menos bueno mirar al espejo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, yo diría eso de "ladran, luego cabalgamos". Es que están enfermos de idiotismo ("idios" es uno mismo y nada más que uno mismo; de ahí la enfermedad de la idiocia o idiotez). Si son ellos los nacionalistas, el nacionalismo es la más excelsa virtud; si son otros, es vicio abominable. Si son ellos los de la lengua única, eso es perfecto; si son otros, es una gravísima violación de los derechos humanos. Es la lógica del que vive en el espejismo del oasis. Son así, son muy suyos. Bien, Óscar, muy acertadas tus reflexiones.



Mariano

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