El Periódico de Catalunya tiene la dudosa habilidad de entronizar al limbo del catalanismo a ciertos personajes de la sociedad que comulgan con “la causa”.
Es cierto que no es el único diario que colabora con el “clima”, podemos extrapolar esta actitud al resto de diarios catalanes que estacionan su espíritu crítico por “un bien común”. Hace ya tiempo que la prensa en Cataluña dejó de ser libre y lo peor de ello, es que perdieron su libertad gracias a las subvenciones y a causa de la necesidad de crear un espacio público donde predominase la calma, aunque esta venga auspiciada por la anestesia informativa.
No es de extrañar, ya en los años ochenta, cuando el ex presidente Pujol acababa sus ruedas de prensa, muchos de ellos le ponían la coda con borreguiles aplausos.

El caso que nos ocupa hoy es el fallecimiento del abad de Montserrat, Cassià Maria Just.

El hecho de su fallecimiento ha provocado un amplio despliegue informativo en El Periódico. ¡¡La noticia, un editorial y tres artículos de opinión!!(1,2,3,4,5)
Semejante despliegue no se veía desde la reciente cobertura de la victoria socialista en las pasadas elecciones que servilmente publicitó el diario oficialista.
Entre los hechos mas destacados en la vida del abad, destacan, aparte de su labor pastoral y de servicio humano propia de la vida eclesial, y de los valores en sí, su catalanidad ( propia de un catalán, si no se le diese una cualidad política), su enfrentamiento a los gobernadores civiles de Barcelona dando cobijo a intelectuales, artistas y profesionales que en 1970 protestaban contra el proceso de Burgos y el consejo de guerra a seis militantes de ETA para los que se reclamaba la pena de muerte ,su apadrinamiento a la Marxa per la Llibertat y las huelgas de hambre del “demócrata” Lluís Maria Xirinachs y su alerta de los peligros de la COPE, la cadena radiofónica de los obispos, utilizada como "medio de fomento del odio, la calumnia y el recelo hacia Catalunya".
Más tarde, en el 2004, se dejó fotografiar al lado del presidente de ERC, Josep-Lluís Carod-Rovira, cuando este compareció ante la opinión pública para explicar su viaje a Perpinyà para entrevistarse con dirigentes de la organización terrorista.

Como se puede observar, no le dejan de faltar motivos al canonizador El Periódico para elevar al difunto abad al edén del oasis dadas sus virtudes terrenales.

Amén.